En la relación de Fromm con el budismo se puede identificar tres etapas: la primera corresponde al momento en que lo descubre especialmente a través de la lectura de los libros de George Grima. La segunda está determinada por su encuentro con D.T. Suzuki en los seminarios que este dio en la Universidad de Colombia, Nueva York. La tercera etapa corresponde a su encuentro con Nyanaponika Mahathera en Locarno, Suiza alrededor de 1969, a donde este acudía anualmente, desde 1968, invitado por un grupo de personas interesadas en conocer el Budismo Theravada.

De este encuentro da cuenta Rainer Funk quien al respecto escribe lo siguiente: “Para la experiencia religiosa como experiencia del sí mismo superior, se requieren ejercicio y disciplina. De éstos daba ejemplos Fromm. Diariamente, entre las 10 y 11 horas, hacía ejercicios de respiración, de movimientos y de concentración, tal como los había aprendido de Nyanaponika Mahathera, un monje budista de Sri Lanka, nacido en Alemania. Paralelamente a los ejercicios de meditación, realizaba Fromm su autoanálisis diariamente en base a sus sueños. Estas dos áreas conformaban la praxis religiosa de Fromm en su vejez”.

Es Nyanaponika en el que descubre Fromm la importancia de la atención en la psicología budista y las grandes posibilidades que su entrenamiento sistemático ofrece, para un cambio radical del carácter del ser humano.

Lo que Fromm había aprendido de Nynaponika Thera sobre el método del cultivo de la atención plena lo expuso en forma muy  resumida en  un artículo que originalmente se titulaba “Los pasos hacia el Ser”. Este artículo era parte del libro Tener o ser y según Rainer Funk, Fromm  decidió eliminarlo “…por creer que su libro podría interpretarse mal, en el sentido de que sólo se tratase de buscar cada uno su salvación en la conciencia, el propio desarrollo y el autoanálisis, como si así  pudiera surgir la sociedad nueva, orientada al ser. Esto podía hacer olvidar que el fenómeno general de la orientación al tener, típico de una sociedad opulenta, que todo lo tiene, encuentra sus  causas en las condiciones económicas, políticas y sociales de la sociedad industrial moderna, en la organización del trabajo y en su modo  de producción”. Sólo se supo de dicho artículo cuando se publicó en el primer volúmen de su obra póstuma Titulado  “Del Tener al Ser. Caminos y Extravíos de la conciencia”. El artículo corresponde a los capítulos II, III y IV.

En estos capítulos Fromm muestra primero los extravíos de la conciencia, pero después propone caminos a la conciencia y nos expone en qué consisten los pasos hacia el ser que el mismo practicó diariamente, ocupándose por extenso del autoanálisis como aplicación del psicoanálisis”

En el capítulo II, titulado “Los Extravíos de la Conciencia” Fromm hace una crítica, de la serie de  cursos y grupos  basados en ideas orientales. Al respecto escribe: “Durante los años cincuenta y sesenta, fueron muchísimos más los que buscaban nuevos caminos de felicidad. Y empezó a formarse un mercado a gran escala. California, en particular , fue tierra fecunda para la mezcla de métodos legítimos, como algunos de los citados, con otros de pacotilla, que en breves cursos, en una especie de buffet libre espiritual, prometían sensibilidad, gozo, penetración, conocimiento de sí mismo, aumento de la afectividad, relajación etc.etc.”

Fromm termina este capítulo con los siguientes párrafos: “He dedicado tanto espacio a estos movimientos porque creo que nos enseñan una lección importante: el principio de todo camino hacia la propia transformación es reconocer cada vez  más la realidad y descubrir los engaños que corrompen hasta hacerla venenosa , aun la doctrina más excelsa” (…)” La fe en la vida, en sí mismo y en los demás tiene que edificarse sobre el terreno firme del realismo; es decir, sobre la capacidad de ver el mal donde está, de ver la trampa, la destructividad y el egoísmo, no sólo cuando se presentan a cara descubierta, sino también en sus muchas máscaras y disfraces”.

El capítulo  III tiene cinco subcapítulos cuyos títulos:

Querer una sola cosa.

Estar despierto.

Hacerse consciente.

Concentrarse.

Meditar.

Me concentraré en los capítulos 2, 3, 4 y 5.

En el subcapítulo 2 (Estar Despierto) Fromm expone una crítica a aquellos que buscan en una serie de métodos  una alteración de la conciencia y al respecto escribe: “Entre los que buscan nuevos caminos, se habla hoy mucho de alteración y ampliación del estado de conciencia, por lo que suele entenderse algo así como ver el mundo bajo una luz nueva,  particularmente en sentido físico, con formas extrañas y colores más intensos”. Y continua en otro párrafo “…por que habría de querer alguien alterara su conciencia, cuando en su ser normal ni siquiera ha alcanzado el estado de una conciencia normalmente desarrollada” (…) “Sus aventuras de  ampliación de conciencia son escapadas de una conciencia reducida y regresan del “viaje “sin haber cambiado nada, siendo, como antes, lo que sus semejantes han sido todo el tiempo: gente semidespierta “.

En contraposición a esos estados Fromm comenta lo que es un verdadero estado de despertar y a la letra dice: “Hay otro estado diferente, de vigilia total, en el que no sólo atendemos a lo que debemos atender para sobrevivir o satisfacer pasiones, sino que somos concientes de nosotros mismos y del mundo (personas y naturaleza) que nos rodea. Vemos, no oscura, sino claramente, la superficie y sus raíces.

El mundo se nos hace plenamente real cada uno de sus detalles, y la configuración y estructura de todos ellos se convierte en una unidad comprensible. Sentimos como si se hubiera descorrido un velo que antes nos cubría los ojos sin darnos cuenta”.

En el subcapítulo 3 (Hacerse consiente) Fromm define lo que para él es conciencia: “Conciencia” significa un saber profundo, total y participativo, por el que descubrimos, “reconocemos” o “nos damos cuenta” de algo inesperado o que no era patente. En otras palabras: “hacerse consiente” significa “enterarse” (integrarse, completarse) en estado de atención concentrada”

A continuación expone de que es de lo que hay que estar consiente: ”Veamos ahora distintas aplicaciones. La conciencia puede referirse al propio cuerpo o al propio estado psíquico, es decir, a los sentimientos y estados de ánimo”. Un ejemplo de estar consiente, escribe Fromm, es atender a la propia respiración (es decir poner atención a la respiración) Y a continuación escribe en que consiste estar atento a la respiración: “Naturalmente,”sabemos” que respiramos, pero este es un conocimiento intelectual que puede demostrarse observando el hecho de la respiración, del inspirar y espirar, o el movimiento del abdomen. Pues bien, este conocimiento de que respiramos es algo muy diferente a la conciencia de respirar”. Fromm expone más reflexiones sobre la conciencia y como estar consiente: “De todo esto se concluye que la preparación más importante para el arte del ser es cualquier cosa que nos haga adquirir y aumentar la capacidad de conciencia  superior, así como la capacidad de pensamiento crítico, dubitativo. Y no es cuestión, sobre todo, de inteligencia, edad o instrucción: es cuestión de carácter, más concretamente de lo independiente que se haya llegado a ser de las autoridades irracionales y de los ídolos de toda especie”

El subcapítulo 4, (Concentrarse.) La capacidad de concentrarse, escribe Fromm, es muy escasa en el mundo actual como consecuencia de las condiciones económicas.

Se pregunta ¿Cómo puede uno aprender a concentrarse?

Este subcapítulo es algo confuso si comparamos lo que allí se dice sobre la meditación y los textos budistas a que se refiere. Esto quizá puede deberse a agregados hechos por el mismo  Fromm basado en su propia experiencia  o a errores  en el arreglo de este material, que  como el prólogo del libro informa fue hecho póstumamente y sin la revisión del autor.

Fromm escribe :”Como primer esfuerzo, sugiero que se practique la tranquilidad. Esto es  sentarse tranquilo durante diez minutos, por ejemplo, sin  hacer nada, en lo posible, pensar en nada, pero sintiendo a lo que ocurre dentro de nosotros” (sentir no pensar).

Después de este ejercicio que Fromm recomienda hacerlo durante dos a tres meses agrega “Sería conveniente añadir ejercicios de concentración directa. Esto se  puede hacer de muchas maneras. Una puede ser  observar una moneda concentrándonos completamente en todo lo detalles, hasta el momento en que la veamos perfectamente con los ojos cerrados. Tan bien podemos concentrarnos en cualquier otro objeto, como un jarro, un reloj, un teléfono, una flor, una hoja o una piedra, e incluso en una palabra”. A continuación comenta los obstáculos que se presentan a la práctica para concentrarse, somnolencia, inquietud etc. También se refiere a las actividades cotidianas en que se puede ejercitar la concentración incluidos deportes, ajedrez, pintar, esculpir etc. y concluye “pero, aún sin hacer ninguna de estas cosas, podemos vivir concentrados continuamente. Como veremos después, el concepto budista de atención significa un modo de ser por el que uno se concentra enteramente en lo que hace en todo momento, esté plantando una semilla, limpiando una habitación o caminando”. Según decía un maestro zen: “Si estoy durmiendo, duermo; si estoy comiendo, como”

Subcapítulo 5. (Meditar). Fromm comienza con el siguiente párrafo. ”De la práctica de la concentración, hay un camino que nos lleva directamente a uno de los preparativos fundamentales para aprender el arte de ser: meditar”.

Después comenta que hay dos tipos de meditación, las que usan la sugestión y la budista que no lo hace.  A continuación  Fromm expone una serie de párrafos tomados del libro de Nyanaponika  titulado “El Corazón de la Meditación Budista” de los cuales he seleccionado los siguientes: “En contraposición a las formas autosugestivas de meditación están aquellas cuya finalidad es alcanzar un grado superior de falta de apego, codicia y engaño. En suma que sirven para alcanzar un plano más elevado del ser. En la meditación budista he encontrado una forma sencilla, no engañosa y no sugestiva de meditación, que tiene el fin de acercarnos a la meta budista; la suspensión de la codicia, el odio y la ignorancia. Afortunadamente disponemos de una excelente descripción de la meditación budista realizada por Nyanaponika Mahathera (1970-1973), que recomiendo a todos los seriamente interesados en aprender este método”.

Según este libro, el fin de la meditación budista es la máxima conciencia de nuestros procesos físicos y mentales.  El autor dice que el cultivo ordenado de la recta atención, según la enseña el Buda en su discurso sobre el Satipatthana, sigue siendo el método más sencillo y directo, el más completo y eficaz, de adiestramiento y desarrollo de la mente para sus tareas y problemas cotidianos, así como para su fin más elevado: la propia y definitiva liberación espiritual de la codicia, el odio y el engaño” (…) “ Las enseñanzas del Buda ofrecen gran variedad de métodos de adiestramiento mental y temas de meditación adecuados a la diversas necesidades, temperamentos y capacidades individuales. Pero en definitiva, todos estos métodos convergen en la “vía de la atención”, que el mismo maestro llamaba la “vía única” o “vía directa” (ekayano mago). Por tanto la vía de la atención puede llamarse justamente el “corazón de la meditación budista”, o incluso de toda la doctrina” (…) “La recta atención es, de hecho, la base indispensable de la recta vida y del recto pensamiento…para cualquier lugar, tiempo y persona” (…) “La atención no sólo se practica en los ejercicios diarios de meditación, en que se trata sobre todo de la conciencia de la respiración, sino que también se aplica a cada momento de la vida cotidiana. Significa no hacer nada distraídamente sino con plena concentración en lo que se hace, sea andar, comer, pensar o mirar, de modo que la vida quede completamente iluminada por la plena conciencia. La atención abarca al hombre  entero y todo su campo de experiencia. Se extiende a todas las esferas del ser: tanto al propio estado de ánimo, como aquello que lo ocupa. Toda experiencia; si se observa con atención es clara, distinta y real, no automática, mecánica y difusa”.

Este capítulo también expone en forma muy somera en que consiste el método de meditación de la atención plena que a la letra dice: “Lo primero que se ejercita para aumentar la atención es la respiración. Es como subraya Nyanaponika, un ejercicio de atención, no de respiración” (…) “En la práctica budista no hay “retención” de la respiración, ni se interviene en ella de ninguna otra manera. No hay más que una “mera observación” tranquila de su flujo natural, con atención firme y constante, pero laxa y sostenida, es decir, sin atención ni rigidez. Se advierte la lentitud o rapidez de la respiración, pero no se la regula deliberadamente, Sin embargo, la práctica constante hará, de manera natural, que sea más tranquila, regular, profunda.  Y esta tranquilidad y profundidad se trasmitirá a todo el ritmo vital” (…)”En la meditación budista clásica, según la describe Nyanaponika Mahathera, después de la atención a la respiración vienen la atención  a las posturas, la clara comprensión de todas las funciones del cuerpo, la clara conciencia de los sentimientos del propio estado de ánimo (conocimiento de sí mismo) y de los pensamientos”. Por tanto a quien se interese seriamente por la meditación para la ampliación  de la conciencia no puedo sino recomendarle que estudie El Corazón de la Meditación Budista”. (…) “La función de la atención es producir una claridad e intensidad de la conciencia cada vez mayores y presentar un cuadro de la realidad cada vez  más purificado de toda  falsificación” Y el autor termina sus descripción de la practica meditativa con el siguiente párrafo: “El entrenamiento de la atención no requiere técnicas complejas ni recursos externos, porque se centra en la vida cotidiana. No tiene nada que ver con ritos ni cultos exóticos ni confiere más “iniciaciones” ni “conocimientos esotéricos” que los obtenidos por la propia iluminación” (…) “En este breve repaso es imposible informar con suficiente claridad y detalle sobre la meditación budista, según se practica en la Escuela Theravada, a la que pertenece Nyanaponika.  Por tanto quien se interese seriamente por la meditación para la ampliación de la conciencia no puedo sino recomendarle que estudie El Corazón de la Meditación Budista”.

Termina sus exposiciones de fragmentos comentando que al budismo le hace falta un método  de conciencia del cuerpo y al respecto escribe: “hemos visto que, para la meditación budista, lo esencial es alcanzar la máxima conciencia de la realidad y, más particularmente, del propio cuerpo y del propio espíritu.      Pero aún quien siga este método en su forma tradicional se preguntará si no podría ampliarse sumándole otras dimensiones de conciencia que en el solo se insinúan. Yo creo que si puede ampliarse de esta manera la meditación budista, aunque puede hacerse sin relación con ella, o en relación con otros tipos de meditación, o solamente con la práctica de la tranquilidad”.  Fromm propone el T´ai Chi Ch´uan y algunos otros métodos de conciencia corporal desarrollados en occidente.

El capítulo III termina con el siguiente párrafo:” El otro aspecto de la meditación budista es la “claridad e intensidad de conciencia cada vez mayores y la presentación de un cuadro de la realidad cada vez más purificado de toda falsificación”. El mismo Nynaponika Mahathera habla de una “relación más amistosa con la subconciencia” y, de hecho, da un paso más al señalar que el método psicoanalítico, cuya finalidad es ver los lados inconscientes de la propia mente, puede ser un buen complemento de la meditación budista, según ha reconocido durante las profundas y pacientes explicaciones que me ha dado.       No obstante, quiero volver a subrayar que el método psicoanalítico, como medio para la máxima conciencia, es un método válido por si mismo, sin relación con la meditación budista ni cualquier otra”.

Todos estos páralos del libro de Nyanaponika  Thera citados por Erich Fromm son un pequeñísimo fragmento de la detallada exposición fenomenológica que el autor hace de la función de la atención mental en el proceso cognoscitivo y las posibilidades que su entrenamiento trae al convertirse en un recurso muy poderoso para investigar la función de la mente, transforma su funcionamiento y liberarla.

En el capítulo IV Fromm expone con bastante extensión el autoanálisis y propone al método de la Meditación de Atención Plena como el soporte o encuadre en que puede llevarse a cabo.  Por la época en que escribió este artículo de los pasos hacia el ser, Fromm dirigió un seminario en Locarno durante tres semanas a estudiantes estadounidenses de psicología en el cual hablo sobre meditación y psicoanálisis y dijo lo siguiente: “Por último quisiera citar el autoanálisis. A mí me parece que un psicoanálisis ha terminado bien si el que acaba de someterse a él empieza analizarse  a sí mismo todos los días hasta el resto de su vida” (…) “Y bien personalmente, solo puedo decir que yo me analizo todas las mañanas, combinándolo con ejercicios de concentración y meditación, durante una hora y media, y no sabría vivir sin hacerlo. Y creo que es una de las cosas más importantes que hago”

A continuación transcribo algunos párrafos del capítulo sobre el autoanálisis del libro Del Tener al Ser: “Haría falta  escribir un libro entero para explicar cómo aprender a analizarse a sí mismo. Por tanto, debo limitarme aquí a hacer unas cuantas sugerencias sencillas. Antes de empezar se tiene que haber aprendido a estar tranquilo, a sentarse relajadamente y a concentrarse “. (…)” Es importantísimo que el autoanálisis se haga con regularidad, como la meditación y la concentración, no cuando uno “tenga ganas” (…) “El autoanálisis debe hacerse todas las mañanas durante treinta minutos por lo menos y, de ser posible, en el mismo lugar y a la misma hora, tratando de evitar al máximo los obstáculos externos. También puede hacerse caminando, aunque en las calles de una gran ciudad hay  demasiada agitación. Pero el autoanálisis, y particularmente los “ejercicios” de respiración y de conciencia, pueden hacerse siempre  que no se esté ocupado en otra cosa. Hay muchas ocasiones en que uno tiene que esperar, o “no tiene nada que hacer”, como cuando se está en el metro o en avión, y todas ellas deberían aprovecharse para ejercitar la atención de una u otra forma, en vez de empezar a hojear una revista, charlar con alguien o soñar despierto. Una vez que se ha tomado esta costumbre, resultan muy gratas tales situaciones de “no tener nada que hacer”, porque llegan a ser enriquecedoras y gozosas”.

 Fromm concluye con el siguiente párrafo; ”En verdad no puede negarse  que el autoanálisis es muy difícil, pero también es cualquier otro acceso al bienestar.(Es importante recordar que Fromm definió lo que él considera el bienestar en el seminario Sobre Budismo Zen Y Psicoanálisis realizado en Cuernavaca en 1957 del cual solo expondré un fragmento para ilustrar como tal concepto de Fromm está influenciado por el budismo). Respecto al bienestar escribe Fromm: “El bienestar es el estado de haber llegado al pleno desarrollo de la razón: la razón no en el sentido de un juicio puramente intelectual, sino en el sentido de captar la verdad “dejando que las cosas sean” (para usar el término de Heidegger) tal como son. El bienestar  es posible sólo en la medida en que uno ha superado el propio narcisismo; en la medida en que uno está abierto, en que responde, en que es sensible y está despierto, vacío (en el sentido del zen). El bienestar significa alcanzar  una relación plena con el hombre y la naturaleza afectivamente, superar la separación y la enajenación – llegar a la experiencia de unidad con todo lo que existe- y, sin embargo, experimentarse al mismo tiempo como el ente separado que Yo soy, como el in-dividuo”(…) “El bienestar significa, por último, desprenderse del propio Ego, el renunciar a la avaricia, dejar de perseguir la preservación y el engrandecimiento del Ego, ser y experimentarse en el acto de ser, no en el de tener, conservar, codiciar, usar”

Un hecho interesante  sobre el artículo que Fromm suprimió de su libro Tener o Ser es que el artículo que lo sustituyó y al que puso por título “El hombre Nuevo y la Sociedad Nueva”, tenía como fin evitar que su propuesta de la meditación como un paso concreto para la experiencia de ser fuera interpretada como que era suficiente un cambio de conciencia para que se produjeran los cambios sociales y económicos  que se recitan para construir una sociedad orientad al ser en lugar del tener. En este capítulo Fromm propone una sociedad orientada al ser cuya organización este fundada en los principios que el Buda expresó en su primer discurso denominado “Las Cuatro Nobles Verdades” y a la letra dice:

” Si es correcta la premisa de que sólo un cambio fundamental del carácter humano de un predomino del modo de tener a un predomino del modo de ser puede salvarnos de una catástrofe psicológica y económica, se plantea la siguiente pregunta: ¿Es posible un cambio del carácter en gran escala?  Si es así, ¿de qué modo puede lograrse?

Yo sostengo que el carácter humano puede cambiar si existen estas condiciones:

Sufrimos y nos damos cuenta de ello.

Reconocemos el origen de nuestro malestar.

Reconocemos que existe una manera de aliviar nuestro malestar.

Reconocemos que para aliviar nuestro malestar debemos seguir ciertas normas de vida y cambiar nuestra presente conducta.

Estos cuatro puntos corresponden a las Cuatro Nobles Verdades, que son la base de las enseñanzas del Buda y que se relacionan con la condición general de la existencia humana, pero no con los casos de malestar humano producidos por circunstancias sociales o individuales específicas”. En este capítulo abundan las referencias implícitas al budismo que solo pueden comprenderse a profundidad si se conocen los textos budistas en que Fromm se apoya para sus reflexiones.

Para finalizar expondré algunos párrafos, seleccionados de un artículo que Fromm escribió  en Alemán en 1976 ( Die Bedeutung dies Ehrwurdigen Nyanaponika Mahathera fur (lleva diéresis)  die westliche welt”, El Significado de Nyanaponika Mahathera para Occidente”). Este artículo fue traducido al inglés y usado como prólogo de un libro que reúne varios textos de Nyanaponika cuyo título es “The Vision of Dhamma. The Buddhist Writings of Nyanaponika Thera, Ed. Samuel Weiser, Inc. 1986.

 “ Nyanaponika Thera- escribe Fromm- es un erudito (scholar), un maestro, una persona capaz de ayudar – no es un guru, no es “líder” y no es un seductor. Como erudito (scholar) es uno de los más reconocidos miembros de  de la escuela Theravada en Sri. Lanka, y sus traducciones de trabajos clásicos del budismo al alemán  y al Ingles constituyen un acontecimiento de gran significado cultural. El mismo tiene los rasgos de todo gran erudito en todas las culturas: es objetivo, no fanático, confiable hasta en los detalles más pequeños y modesto. Tan importante como su transmisión de textos budista a leguas occidentales es de gran importancia su papel de maestro y su capacidad de ayudar” (…) “Nynaponika Thera es un verdadero discípulo del Buda- no sólo quiere enseñar; él quiere ayudar, curar y mostrar al discípulo como curarse.  Quizá él no hubiera  desempeñado esta labor en forma tan adecuadamente como lo ha hecho si no hubiera – como un europeo nacido al comienzo del siglo XX – adquirido un  profundo conocimiento de los problemas psicológicos del hombre contemporáneo. Para él los problemas”religiosos” como tal no existen. Ellos son la expresión de problemas humanos y en este nivel Nynaponika  Thera muestra que él es  un psicólogo de primera clase o, para ponerlo quizá un antropólogo filósofo. El comprende al hombre – las condiciones básicas de su existencia, sus pasiones y ansiedades – tan profundamente, que le puede presentar al budismo como la respuesta a las necesidades espirituales del hombre de hoy, o quizá incluso del futuro”.

En cuanto a la obra de Nyanaponika Thera, Fromm escribe lo siguiente: “ En verdad los escritos de Nynaponika Thera son  una “Guía de Perplejos2  en el el último cuarto de este siglo” (…) “No conozco otra obra acerca del budismo comparable a “El Corazón de la Meditación Budista” que presente con tal lu8cides lo esencial de esta “religión atea” que parece tan paradójica a los occidentales” (…) “En su libro, antes mencionado, el describe en forma tan excelente y clara  el método de la genuina meditación que la hace accesible a cualquiera que este seriamente interesado en ella y no tema hacer el esfuerzo por practicarla” (…) “Sólo deseo informar que mi acercamiento a la obra de Nynaponika Thera me ha dado  muchos y significativos insights  y  que además a las personas  a quien he recomendado sus libros para que los estudien, la mayoría me ha reportado que estos trabajos constituyeron  el inicio de una nueva orientación y una nueva práctica. Yo estoy convencido que la obra de Nynaponika puede llegar a ser una de las más importante contribuciones a la renovación espiritual de Occidente, si ella es conocida por un número suficiente de personas”

Texto sobre el comentario sobre el libro de Erich Fromm, “Del Tener al Ser” presentado pos el Dr. Alejandro Córdova C. El 28 de mayo de 2005 en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis A.C.