Mayra Cuevas Nazario

Atlanta (EFE).- Ani Namkhyen, una monja budista Kadampa, dice que cuando llegó al Centro Rameshori, hace un año, se había divorciado dos veces, cuidaba de su hijo autista y se sentía miserable en su trabajo como arquitecta, pero la meditación la obligó a dejar de culpar a otros y a concentrarse en sí misma.

"Muchas veces disfrutamos contar nuestras angustias a otros porque ganamos su compasión, pero esto no nos hace más felices, sino que se vuelve un vicio", aseguró Namkhyen.

"Inicialmente el objetivo es calmar la mente, pues uno realiza cuán inquieta está. Muchos de nosotros no nos damos cuenta que hay una alternativa a esta intranquilidad", añade.

Con la meditación, dijo Namkhyen, la paz y la tranquilidad surgen, pero primero se necesita ayuda externa para encontrar esta paz interna.

La lógica detrás de la meditación - bajo la creencia Budista- es que absolutamente todo proviene de la mente, incluyendo los sentimientos, los sentidos, y hasta el mundo físico que nos rodea. Entonces, si logramos controlar la mente, también podemos controlar nuestros pensamientos y nuestras acciones.

"Si aceptamos que nuestra mente crea nuestras experiencias no es difícil descubrir que si puedes controlar tu mente, aprendes que la felicidad y la infelicidad provienen de la mente y así puedes escoger ser feliz", afirmó la meditadora.

Según las enseñanzas del maestro Geshe Kelsang Gyatso, reconocido autor y maestro en círculos budistas, el Budismo Kadampa ofrece un método por el cual gradualmente se obtiene la felicidad con una práctica sincera.

Kadampa, utiliza las 21 meditaciones del "Kadam Lamrim", que significa camino a la iluminación.

Este es un proceso en etapas para llegar a la felicidad plena. Se medita sobre conceptos como la belleza de la vida humana, la muerte y lo perecedero, nuestras acciones y sus efectos, las relaciones con el prójimo, y el amor y la compasión.

Durante el proceso primero se estudia o analiza la meditación, luego se medita en ella, y después se pone en práctica en situaciones diarias, por lo que la interacción con otros es también parte del proceso.

Cada una de las 21 meditaciones se divide en dos tipos: analítica y de posicionamiento. Durante la analítica se contempla el significado de una instrucción espiritual que se ha escuchado o leído, eventualmente alcanzamos una conclusión definitiva en nuestro estado mental.

"A través de la meditación se obtienen realizaciones. Si uno intelectualiza gana mucho conocimiento pero no tiene la experiencia en el corazón", explicó Namkhyen.

Durante la meditación de posicionamiento nos concentramos en la conclusión adquirida hasta que la hacemos parte de nuestra experiencia diaria.

Para el no-Budista la meditación puede ser un proceso de relajamiento mental y también físico, ya que el cuerpo somatiza nuestro estado mental. Expertos aseguran que muchos problemas de salud como la alta presión están ligados al estrés y la tensión mental.

Kelsang Gyatso indicó en sus escritos, que con la tranquilidad adquirida a través de la meditación las situaciones externas se vuelven más tolerables y se pueden silenciar los pensamientos perturbadores que a menudo nos agobian.

Para esto se recomienda meditar al menos tres veces a la semana.

"Muchas personas ven esto (meditación) como algo extraño que puede estar en conflicto con algunas de sus creencias. No estamos intentando hacer budistas, muchas de las meditaciones pueden beneficiarnos a todos. Muchas de las meditaciones son ciertas por lógica no hay que tener fe ciega", asegura Namhkyen.

"Lo cierto es que cualquiera de nosotros que practica (la meditación) no somos felices todo el tiempo, pero seguimos intentándolo", concluyó. EFE

Fuente: T1MSN del día 11 de noviembre de 2003