Ven. Achaan Buddhadāsa

La simple aparición de la sensación de «yo» y «mío» es denominada nacimiento (jāti). Este es el verdadero significado de la palabra «nacimiento». No lo tomen como nacimiento del útero de una madre. Una persona nace del útero una vez y es depositada en el ataúd una vez. Ese no es el nacimiento al que el Buddha hacía referencia; es demasiado físico. El Buddha se refería a un nacimiento espiritual, el nacimiento del apego a «yo» y «mío». En un día puede haber cientos de esos nacimientos. El número depende de la proclividad de cada persona, pero, en cada nacimiento, «yo» y «mío» surge, se desvanece lentamente, desaparece gradualmente y muere. Rápidamente, en contacto con otro objeto sensorial, «yo» y «mío» surge de nuevo.

Cada «nacimiento» genera una reacción que lleva al siguiente. A esto se lo conoce como «el antiguo kamma [1] de un nacimiento anterior que madura en el nacimiento presente», que luego es impulsado nuevamente. Cada nacimiento continúa el proceso. Así es como debe entenderse el «fruto de la acción» (kamma-vipāka) y la recepción de los resultados del kamma. Esta interpretación está de acuerdo con las propias palabras del Buddha; cualquier otra interpretación se desvía de la cuestión. Debemos entender nacimiento, kamma, y frutos del kamma de la manera correcta. Por ejemplo, puede haber un nacimiento como alguien que desea algún objeto agradable, y después la muerte seguida por un nacimiento como ladrón, y luego una nueva muerte seguida por un nacimiento como alguien que disfruta de aquel objeto. En poco tiempo, encontramos un nacimiento como prisionero en el banquillo de los acusados. Entonces, demostrado el delito, ocurre un nacimiento como convicto en la cárcel. Estas clases de nacimiento son múltiples y caóticas; son como un ovillo enredado. Sin embargo, si observas detenidamente, comprenderás que si uno detiene el nacimiento, en ese momento hay nibbāna [2] –que no nace, no envejece, no se enferma y no muere. Si aún hay nacimiento, aún la sensación de «yo» y «mío», la rueda de nacimiento y muerte [3] sigue girando en un incesante ciclo de dukkha [4].

No debemos pensar, sin embargo, que la ausencia de nacimiento significa que uno es tan vacío que no tiene ninguna sensación en absoluto. No significa sentarse [5] rígidamente como un tronco. Al contrario, uno es extremadamente activo. Ser perfectamente vacío de nacimiento, vacío de «yo», es poseer perfecta atención vigilante y sabiduría. Cualquier cosa que uno haga es completamente fluida. No hay pensamiento falso, palabra falsa o acción falsa, uno procede veloz y certeramente. No hay posibilidad de error porque su sati-paññā [6] es natural y espontánea. Este estado de la mente se denomina «vacuidad de yo». La persona vacía de «yo» –nibbánica– puede hacer cualquier cosa, y hacerla sin error. Sus acciones son numerosas, sumamente veloces y altamente benéficas.

No pienses que estas clases de experiencias te imposibilitarán hacer cosas, que simplemente detendrás todo y entrarás en el letargo, la pesadez y la indiferencia. Esa es tu propia idea. Tu necedad te hace temer a suññatā [7], temer al nibbāna, temer que el fin del deseo será desagradable.

De hecho, el fin del deseo es el placer último y la más grande felicidad. Es verdadero placer y verdadera felicidad. No es perjudicial, engañoso o ilusorio. El placer de las personas comunes e ignorantes es falso, engañoso, ilusorio y repleto de dukkha. Es como una carnada, que nos captura con su anzuelo cuando la tragamos. Comúnmente el disfrute del placer es denominado «caída en las manos del demonio». En semejante estado hay incesante confusión. Uno queda atrapado en la rueda de nacimiento y muerte, en las cadenas o el remolino de dukkha, incapaz de liberarse.

Notas

 [1] Kamma: Acción volitiva que genera consecuencias.

 [2] Nibbāna: Paz, serenidad, liberación del deseo, extinción de la codicia, el odio y la ilusión, la Realidad Última, lo Supremo.

 [3] Saṃsāra.

 [4] Dukkha: Insatisfactoriedad, sufrimiento.

 [5] En meditación.

 [6] Sati-paññā: Atención plena y sabiduría. En el tailandés coloquial significa «inteligencia».

 [7] Suññatā: Vacuidad.

Buddhadāsa Bhikkhu, «Heartwood of the Bodhi Tree», Wisdom Publications, Boston, 1994. Traducción y notas: Alejandro P. de León, Buenos Aires, 2001. Revisión: 05-Abr-2006.