(One Dharma:The Emerging Western Buddhism )

Una entrevista con Joseph Goldstein

Inquiring Mind. Spring 2002

Traducción Alejandro Córdova C.

Inquiring Mind: ¿Qué lo indujo a escribir su nuevo libro, Un Dharma?

Joseph Goldstein: La motivación surgió de mi experiencia de estudiar con maestros de diferentes tradiciones budistas, así como de la práctica en diferentes linajes de las tradiciones Theravada, Zen y Tibetano. Encontré que las enseñanzas y los maestros decían cosas muy diferentes e incluso opuestas acerca de la naturaleza de la mente, de la naturaleza del estar consciente y de la libertad. Por lo tanto me encontré confrontado con el asunto de qué hacer cuando mis maestros más respetados estaban diciendo cosas diferentes acerca de lo que más respeto.

Ante esto, mi primera respuesta fue: ¿Quién tiene la razón? Pero esto hizo que en mi surgiera la siguiente reflexión; si uno tiene la razón los otros están equivocados. Esto me atormentó mucho, pero pronto me di cuenta que mi mente pensante jamás resolvería el asunto de la verdad última, por lo tanto abandone estos intentos de solución a un nivel intelectual. Un mantra surgió en mi mente el cual uso tanto en mi práctica personal como cuando enseño: ¿Quién Sabe? ¿Cuál es la naturaleza de Buda?  ¿Quién Sabe? Y hasta que no seamos Budas no lo sabremos. Una vez que acepté esto, en lugar de sentirme confuso, sentí como si yo hubiera dejado ir un montón de apegos. Me sentí totalmente abierto a escuchar todas las diferentes enseñanzas.

Y después de esto comencé a darme cuenta- y esto es central, en lo que estoy tratando de expresar en este libro- que todas las enseñanzas deben ser vistas como medios adecuados (skillfull means) y no como declaraciones de la verdad última. Si nosotros tomamos las enseñanzas como declaraciones de lo que es la Verdad, se producirán ideas opuestas que inevitablemente conducirán a conflictos. Nosotros podemos observar con qué facilidad puntos de vista sectarios, constituyen las bases de muchos de los conflictos que hoy existen en el mundo. Pero si nosotros tomamos las a enseñanzas como medios adecuados para liberar la mente, entonces podremos tomar aquello que es valioso de una amplia gama de enseñanzas, aun cuando ellas digan cosas diferentes. Nuestro único criterio debería ser si las enseñanzas nos ayudarán a liberar la mente.

Esto conduce a otra pregunta: ¿Que significa liberar la mente? En mi práctica en las diferentes tradiciones, he encontrado que eso quiere decir que hay que desarrollar una mente que no se apegue a nada. Yo recuerdo una de las famosas enseñanzas del Buddha que dice:

 “A nada debe uno apegarse como yo o mío. Cualquiera escuche esto ha escuchado todas las enseñanzas; cualquiera que practique esto ha practicado todas las enseñanzas; cualquiera que realice esto ha realizado todas las enseñanzas”. Lo que emerge de estas palabras es una enorme simplicidad.

I.M.: ¿Podrá algún punto de vista o enseñanza tener un efecto poderoso sobre alguien que intenta conseguir la liberación de la mente? Por ejemplo, una de las escuelas de Zen sostiene que ya estamos iluminados y que cuando nos sentamos a meditar estamos expresando nuestra iluminación. Mientras que otra escuela sostiene que aún no estamos iluminados y que nos sentamos con el objetivo de obtener ese estado.

J. G.: Yo he encontrado dos enfoques básicos de esta práctica.

Uno de ellos al que llamo “viniendo desde arriba”, que también podría traducirse como “practica de descenso” (swooping from above), y se refiere a que ya estamos iluminados y nos sentamos para expresar esa iluminación o para darse cuenta de ella. El otro enfoque lo denomino “construyendo desde abajo”, en el que nosotros comenzados con el reconocimiento de nuestros sufrimiento y hacemos el esfuerzo para liberarnos de él. En ambos focos hay puntos fuertes y débiles. Por ejemplo si alguien se encuentra atrapado en medio de grandes sufrimientos probablemente no será muy adecuado sugerirle que repose en su pureza esencial. En este caso lo mejor es desarrollar una muy clara atención plena de lo que está surgiendo momento a momento y trabajar con estas dificultades. Por otro lado, el peligro del enfoque de construir desde abajo es que las personas pueden quedarse fijas a sus sufrimientos y el luchar con ellos puede conducir a una solidificación del sentido del yo o del self. Para ellos, en el momento adecuado, escuchar una enseñanza acerca de la pureza de la mente, podría ser suficiente para abrirlos a la transparencia del yo o self. La enseñanza correcta o el medio adecuado, realmente depende de lo que cada individuo necesita.

I.M.: El subtítulo del libro es “La emergencia del budismo occidental” y tú hablas de lo afortunado que somos de tener todas estas diferentes corrientes del Buddhadharma arribando a nuestras costas. ¿Podría haber un peligro en tener a disposición demasiados medios adecuados para escoger?

J.G.: El que exista una abundancia de métodos nos permite encontrar el método que más se adecue a nuestro temperamento e inclinaciones. Pero como practicantes es realmente importante seguir un método de práctica que se adecue a nosotros y seguirlo hasta cierta profundidad y comprensión. En cierto momento o nivel de entrenamiento, es posible y útil, pero si eso lo hacemos demasiado pronto crea mucha confusión. La gente puede convertirse en diletantes practicando un poco de esto y un poco de aquello, sin conseguir profundizar en nada. Sin embargo cuando tenemos un real enraizamiento en una práctica, entonces podemos integrar las otras enseñanzas dentro de este fundamento.

I.M.: ¿Cómo se podría saber cuándo es el momento de intentar practicar otros métodos de las enseñanzas?

J.G.: Primero lo podemos saber a partir de nuestra propia experiencia. Cuando nos estamos sintiendo confusos y llenos de dudas acerca de nuestra práctica, puede que no sea el momento más adecuado para mezclar otras prácticas. Otra forma en que podemos saberlo es con la guía de un maestro. Muchos estudiantes me han preguntado si deberían  hacer otro tipo de práctica y mi consejo siempre depende de su nivel y si es el momento adecuado o no.

I.M.: ¿En qué estados estamos en el desarrollo de un verdadero budismo occidental?

J.G.: Una vez pregunté a un maestro asiático sobre cómo sería en el futuro el budismo occidental y él me contestó “Eso lo sabremos en unos doscientos años”. Aunque estamos en los comienzos ya podemos observar a gente practicando en diferentes tradiciones. A menudo la gente en su lista de maestros tienen a Sayadaws birmanos, maestros Tibetanos o Zen, Ajanhs tailandeses y maestros occidentales de varios linajes. Y si esa diversidad está basada en la estabilidad y profundidad de una práctica, ello puede ser tremendamente útil. También quisiera decir que para algunas personas, el permanecer con un solo método durante todo el camino, es correcto. Un enfoque no es mejor o peor que otro, todo es cuestión de cuál es el medio más adecuado. Si un método desarrolla el no-apego, entonces este es un método de liberación de la mente. Yo creo que el budismo occidental tendrá precisamente esa cualidad pragmática que es tan característica de nuestra cultura.

I.M.: Podría Ud. considerar que su práctica personal es un ejemplo de  este budismo occidental que está emergiendo de “Un Solo Dharma”?

J.G.: Cuando la gente me pregunta qué es lo que practico ahora vipassana o dozgchen?- yo les digo que practico “no apego”. Mi práctica ha llegado a ser muy simple; no apego y después momentos de reconocer apego y entonces no apegarse y así una y otra vez. El método particular de hacer esa práctica puede cambiar constantemente: algunas veces lo más adecuado será estabilizar la mente en la respiración; y en otro momento lo mejor será reposar en una conciencia más abierta y vacía; algunas veces será mejor abrir la energía del cuerpo a través de la técnica del barrido. La práctica es guiada intuitivamente y es sin suturas, totalmente sin suturas.

Cuando yo estaba tratando de destilar lo esencial del Buddhadharma de mi propia práctica se me hizo claro que en una forma u otra, el método era la práctica de la atención plena, que la compasión era la manifestación del Dharma y la sabiduría, la esencia. Estas tres cualidades atención plena, compasión y sabiduría- parecen ser el elemento esencial. Estos tres aspectos constituyen el océano del Dharma y todas las tradiciones son ríos que fluyen hacia él. Diferentes tradiciones puede enfatizar uno u otro de los elementos, pero en conjunto ellos constituyen el entramado o tejido del Dharma de la liberación.

CAPAC agradece al autor Joseph Goldstein, darnos la oportunidad de dar a conocer este artículo a través de nuestro sitio web.