En un estudio hecho durante un periodo de dos años y de casi 1200 personas que fueron remitidas a la clínica por sus médicos se encontró lo siguiente:

De los 1,155 pacientes que se remitieron a la clínica se hicieron entrevistas iniciales al 75%. El resto por alguna razón no quiso venir. De las personas que se entrevistaron el 90% se apuntó al programa. De los que se apuntaron el 92% comenzó el curso. Entre los que empezaron el 86% lo completó.

 

De las personas que nos fueron remitidas con distintos síntomas y problemas médicos, estos se reducen en un 25%.

Si contemplamos los síntomas psicológicos como la ira, la ansiedad, la depresión y la somatización, o el imaginar que están peor de lo que realmente están se observó una reducción de 32%.

En estos casos las personas habían padecido su problema unos ocho años como promedio y no habían tenido mucho éxito en controlarlo.

También se quería saber si había cambios a un nivel más profundo pues se sabe que cualquier cosa puede reducir los síntomas por un periodo corto de trabajo. Queríamos saber si el programa estaba produciendo algo a un nivel más profundo por lo que se utilizaron medidas para registrar los factores de la personalidad que se suponen aumentan nuestra resistencia al estrés. Estos son visiones que permiten a las personas sobrellevar una condición dolorosa, el ejemplo lo constituyen personas que han estado en situaciones de mucho sufrimiento y que solo dejan muy poca huella psicológica. La compasión es uno de esos factores. Otro es el tener un sentido de coherencia, lo que significa que en algún nivel se posee un profundo entendimiento de lo que está sucediendo, por muy horrible que sea. Esto determina que se encuentre un significado a la experiencia que se está teniendo. Esto se encuentra relacionado con estructuras muy profundas de la personalidad que se suponen no cambian, desde luego no van a hacerlo en ocho semanas.

También se ha observado un aumento en la medida de la resistencia al estrés que comprende tres aspectos: el sentido de control, el compromiso con la intensidad ( ¿) de la experiencia de la vida diaria, y la capacidad para afrontar la vida como un reto. Los resultados de estas pruebas muestran que existe una mejoría importante en la estructura profunda de la mente. Habría que hacer estudios más complejos. No obstante hay indicios de que en estos pacientes se está produciendo un cambio fundamental, no solo al nivel del síntoma y de los problemas psicológicos, sino al nivel más profundo de la visión del mundo.

También se observa una mejoría en lo que se llama el móvil de la unidad, el cual implica un sentido de pertenencia o de estar conectado. El móvil de la unidad y otras medidas psicológicas sutiles como la confianza asociativa (¿) se ha asociado con cambios favorables en el sistema inmunológico.